jueves, julio 13, 2006

El cable está de duelo (o la historia de las crónicas de una muerte anunciada)


Siempre he sido un TV-adicto. Quienes me conocen saben que me veo todas las series y programas de la pantalla loca. Es por eso que en estos días he estado de duelo, ¡más del 40% de las series que veo llegaron a su fin!. Estoy enojado. ¿Cómo es posible que Aaron Spelling (QEPD) y demases productores no se dieran cuenta del impacto que causan fuera de los EE.UU. aquellos relatos?

Mi vida siempre ha estado en duelo. Cuando niño, sufrí el triste fallecimiento-metafórico- de Brenda (Shannon Doherty) en Beverly Hillls. Años después se acabó el sueño américano de este relator tercermundista. En ese entonces Donna se casó con David Kelly, dejó a Brandon y así acabó la serie quiceañera más importante de los noventa.

Luego cayó la segunda parte (a mi gusto) de Beverly Hills: Melrose Place, y de paso, se llevó a mi bella Alyssa Milano.

Otra gran depresión llegó a mi vida cuando Joey se quedó con Pacey y Dawson se reunío con Spielberg el año 2003. Ese fue el día en que Jen deja de existir por un problema cardiaco. En su testamento deja a su hijo en manos de Jack, su amigo-hermano-gay, quien cría al niño, de Jen, junto a su pareja. Fue ahí cuando comenzó mi rencor con las series hollywoodenses.

En los siguientes relatos continuaré con estas crónicas de una muerte anunciada.

PD. Se vienen los post de "las series de mi vida".

viernes, julio 07, 2006

Periodistas, ¡Avíspense!


Cuando prendo la tele y veo una y otra vez que hablan sobre el tema de la inseguridad de los chilenos frente a la delincuencia, me da una rabia terrible. Es que claro, para una dueña de casa que su mayor panorama de la mañana es reírse con Camiroaga y cahuinear con S.Q.P., cae de cajón que todo lo que le diga la caja tonta sea verdad. Pero, lo que no me calza en mi mente es que personas que estudiaron cinco años en la universidad, sobre todo temas relacionados con comunicación y manipulación de la información, sean capaces de creer que eso es real. Me molesta que los medios de oposición, llámese El Mercurio, La Segunda, Mega y demases hagan tanto hincapié en aquellos datos, y que dejen de lado, o en segundo plano, lo que realmente importa (aquí utilizo la frase del gran mentor y prócer -Q.E.P.D.- Joaquín Lavín sobre lo concreto). Bueno, aquí lo concreto es que la tasa de asaltos y hurtos bajó.

Quiero hacer un breve analisis de medios del último mes. Por supuesto dejaré de lado a la farandulilla como LUN y La Cuarta espectacular (dicho sea de paso, son mis páginas de inicio cada mañana). Si revisamos las informaciones se darán cuenta que no hay ninguna noticia de importancia o relevancia extrema. Llámese importancia, desde una mirada periodística, a hechos que tengan el mayor número de características de noticiabilidad, éstas son: actualidad, proximidad, consecuencia, prominencia, rareza, conflicto, sexo, emoción o interés humano, progreso, suspenso y tragedia.

Sobre la base de estas características me pregunto, ¿habrá alguna noticia en especial, dejando de lado la copa del mundo, que cumpla con todas o la mayoría de estas cualidades? La respuesta es simple: NO. Entonces, queridos amigos comunicadores sociales, estamos frente a lo que llamamos en prensa a una "sequía noticiosa", no sé si el "niño" volvió (llámese niño a fenómeno climático).

Por el bien nuestro no atraparon a otra banda de pedofilia; no se ha muerto Perrochet... perdón: Pinochet; no ha habido Tsunamis, terremotos, inundaciones y demases; no hay juicios trascendentales que televisar. En resumen, la pauta de noticias está pelada.

Así es queridos amigos periodistas y profesionales varios. Conversando con una colega que está trabajando en un noticiario de televisión abierta y está a cargo de hacer la pauta del mismo, le comenté sobre el tema que hoy expongo, y ella me respondió con un rotundo y categórico: "Es que no hay más que poner". Es la dura y triste verdad.

Que la gente esté atemorizada es común. El país vivió más de 15 años con la teoría del enemigo interno y el lineamiento mundial lleva cada vez más al oligopolio del poder, en donde pocos tienen lo que muchos trabajamos. Nos queda claro que los robos y las posibilidades de que alguien entre a nuestros hogares es alta, pero créanme, no más que hace cinco, diez o veinte años.

No me considero un erudito en materias televisivas, pero sí sé cómo se trabaja en el medio. Por más que nuestro mentor Jordi Castell asegure y vocifere a los cuatro viento que la televisión es un espejo de la realidad, no es tan así; los medios construyen realidad. No quiero darles la lata de diez ramos de comunicación, pero me molesta que se pasen por la raja a Berger y Lucmann, Lazarfeld, Merton, la Escuela de Paloalto, la Escuela Crítica de Franckfurt; la Aguja Hipodérmica y todas esas vainas. Durante el poco tiempo que trabajé en la TV vi cómo editores, productores y reporteros levantanban y bajaban temas; cómo los insertan en la agenda nacional, y de paso los introducen el la retina colectiva. Vi y escuché cómo los directivos mandaban a hacer notas sobre temas morales, éticos y sobre alguna línea específica que quisiesen que sus televidentes pensaran.

No estoy molesto con la pobre señora con la charcha colgango que está cociendo papas para la cazuela, mientras que en la tele hablan sobre inseguridad y al segundo después corre a ponerle pestillo a la puerta mientras despotrica contra el gobierno. No culpo ni me enfurezco con el jardinero que mientras corta un arbol está atemorizado que le roben sus herramientas al escuchar las noticias de la radio. Pero sí estoy molesto con los periodistas que sabiendo que los están manipulando aceptan amedrentar y crear una idea falsa de lo que sucede. Periodistas, sigan a mi amigo "Leon-o", y vean más allá de lo evidente.