sábado, diciembre 24, 2005

Cambio Letras por Sudor (O la otra forma de ocupar el micrófono)

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Ya pasó la tormenta, el sol abrasa con orgullo al nuevo reportero cesante del siglo XXI.

2.500 nuevos periodistas entraron al mercado laboral este diciembre. Me pregunto yo, ¿¿nos querrán meter en un campo de concentración a lo Auschwitz??. Bueno, en eso estamos ahora, buscando un campo laboral en el que seguramente ganaremos menos de lo que pagábamos como mensualidad en la universidad.

Ya, filo, en marzo vemos que se hace. Pero si ven en el LUN o en La Tercera el siguiente aviso: "Gustavo Adolfo: 24 años. Moderno, cuero, latex, sado, escatología, y demases...", es porque no he conseguido pega en mi profesión y me dediqué a la loable tarea de producir placer sexual a ancianas ABC1 que son medias frígidas con sus maridos, pero buscan jovencitos (que pueden ser sus nietos) para desatar su pasión febril en jóvenes cueros santiaguinos.

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Ahí estaré yo, comiendo un chochón añejo y apolillado, sacándole el "Lead" de sumario a sus bubies que más que pechugas parecerán bufanda.


Y ahí estaré yo, cuán pirámide invertida haciendo una entradilla en su recto con distemper, negro y con pendejos contrastando su edad. Viendo sus uñas amarillas por tanta pintura de decenios y siglos. Todo esto mientras las seniles mujeres me digan: "Hijito, huachito, ¡¡destrózame!!, ¡¡hazme sentir hembra!!", mientras su flácida piel roza mi miembro y su aguachenta saliva me ahoga la cara.


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Cambiaré las letras, los reportajes, columnas, artículos y Stand Up por vaivenes desenfrenados, caricias falsas, orgasmos fingidos, erecciones provocadas, besos económicos y penetraciones perennes en mi retina. Ya no jugaré a que tengo una profesión, sino que seré el profesional de las profesiones. Un día profesor de lectura Braile, al siguiente, seré un médico ginecólogo cachondo. O lisa y llanamente me pagarán por ser un gigoló sadomasoquista, me esposarán y me golpearán el culo al tiempo que son introducidas por mi verborrea seminal.

Esta será mi nueva vida, llena de arrugas y patas de gallo. Dándole besos y caricias a ancianas decrépitas, cuicas y melozas, que querrán experimentar lo que sus maridos jamás les hicieron. Cambiaré el uso del micrófono; ya no será un entrevista, será un conferencia de prensa exclusiva, tendré un embargo sin fín, y lo peor de todo, es que no podrá ser publicada, porque cuando ellas tengan el orgasmo y yo les eyacule su trasero desteñido o su ensalda de dientes amarilla por la nicotina de cigarros importados; me pagarán, dejarán migajas de las mesadas de sus maridos-gerentes, pero con la condición tácita, que todo, todo, todo lo que haya pasado, quedará "Off the Record".

miércoles, noviembre 30, 2005

"Entre Caníbales"


Besos furtivos
Angustias eternas
Miradas nerviosas
Mareos repentinos
Curtido de celos
Enojos sin explicación
Erecciones lubricadas
Miedos atónitos
Miradas confusas
Estruendos somníferos
Labios carnosos
Mirada germana
Enojos pasajeros
Temores rechazantes
Comentarios bizarros
Mandíbulas latientes

Eres eso y mucho más...

domingo, noviembre 13, 2005

Amor sin Fronteras (O la historia que va más allá que el follar)


Cuando nos remitimos al amor, claramente asociamos en nuestra mente hombre y mujer, el sagrado vínculo y miles de pelotudeces más.

Hace ya 7 días a Berni y a mí nos entregaron nuestro tema del Examen de Título, el cual abordó una temática denominada “Aceptación Social de la Unión Civil Homosexual”. Tanto a mi compañera como a
mí, nos apasionan los temas de carácter social y ciudadano, por lo que accedimos con gusto a realizar el reportaje.

La idea tenía algo de morbo, de mirar desde una óptica distinta (media voyerista), esta condición sexual. Pero, para nuestra sorpresa, descubrimos más de lo que pensábamos sobre el amor.

Dennis y Jean son dos jóvenes comunes y silvestres en esta selva de cemento llamada Santiago. Ambos profesionales (Médicos Veterinarios), trabajadores y estudiantes. Si uno los ve por la calle, no se percata de la única gran diferencia que tienen con los demás: que en sus corazones encontraron el amor.

Durante una semana abrieron las puertas de su casa, trabajo y alma, para mostrarnos que la palabra amor no está delimitada al hombre con la mujer, sino que sobrepasa lo heterosexual y lo carnal de una relación.

Tan sólo una semana fue suficiente para ver la grandeza de espíritu que poseen estos seres: sociables, amables, comprensivos y, por sobre todo, excelentes personas; amantes, vecinos y profesionales.

Partimos el reportaje con la mente abierta y dispuestos a enfrentar cualquier diferenciador al típico y ortodoxo: amor universal. Para enfrentarnos a este reto decidimos comenzar nosotros mismos con un cambio. Los cardinales y/u nominales mutaron el número de corazones que se necesitan en una relación “tradicional”. Acúsennos, fuimos adúlteros del trabajo, variamos la común dupla laboral por un trío excepcional. Es así como los dos periodistas se mutaron por tres comunicadores complementados. Ahí estábamos: Berni, Zayo y yo, frente a lo distinto, pero sin miedo a encontrar la belleza del amor, en donde los cánones sociales sólo ven lujuria y promiscuidad.

Ahí nos encontramos, en la plaza Yungay, frente a dos verdaderos hombres de palabra y obra, enfrentándose a la cámara y demostrando la valentía suficiente para gritarle al mundo su amor, su fidelidad y cariño. Doblándole el destino a la discriminación y asentando es sus metros cuadrados, su hogar.

Luego de un par de días de trabajo nos empapamos con la realidad de nuestros modelos y repudiamos a algunos actores sociales que calificaban las relaciones homosexuales como "aberraciones" y "emociones depravadas fuera de todo ordenamiento jurídico y social". Y, tras tener todo el material necesario y recopilado, descubrimos que aún en Chile está estampada la huella del colonialismo de antaño y la tiranía del presente pretérito. Que las huellas del dictador calaron hondo en las cuadradas y básicas mentes de los miles y millones de incultos chilenos, que no visualizan más allá de lo que sus ojos creen ver.

Pero sólo un beneficio trajo consigo aquella discriminación sin base ni sustento, este plus se califica como las agallas y el coraje de estos hombres que gustan de hombres. Quizás su misma condición de erección masculina hace que no tengan miedo a decir lo que sienten. Que aunque les guste "ser pisados" (con cariño), ellos deciden quién lo hace, y nadie es lo suficientemente importante como para que lo aplaste.

Esta fuerza y empuje es realmente admirable y digna de respeto. En una de nuestras tantas conversaciones post-grabaciones comentábamos junto a Berni y Zayo lo fuerte que son nuestra pareja "on air" y cómo son capaces de superar las barreras y los escollos que la vida continuamente les pone. Cómo esta pareja salta vallas, cuán atleta en olimpiadas, con un objetivo claro: llegar a su meta. En tanto nosotros, los supuestos "normales", ante el primer charco en el camino o la primera piedra, tropezamos, lloramos, sufrimos y nos retiramos. Es impactante ver que no tienen miedo a las miradas, que en una Quinta Normal atestada de público, se entregan cariño, besos, abrazos y mimos. En tanto yo, en algunos antiguos post, no fui capaz de decir los nombres de las dos chicas que quitan mis enarbolados sueños.

Por esto y mucho más, sólo me queda agradecer esta inolvidable experiencia, esta muestra de fortaleza y tesón que muestran Dennis y Jean; de estos jóvenes con almas de niños; estos niños con mentes de adultos, pero con los sueños de “El Principito”, el personaje de Exupery, de estos chicos con plumas, pero no con las de las ·locas·, sino con la de los pájaros libres y andinos, que son capaces de visualizar su entorno con altura de miras. De estos chicos que sueñan con un mundo mejor y con las posibilidad real y certera de que este país cambie; que les devuelva la mano con respeto y agradecimiento. Que puedan en algún momento tener íconos seguros e indicios de que su relación es avalada por el Estado; que la sociedad civil y los distintos estamentos, vean en ellos, al común de las parejas.

Que ojalá puedan llegar en algún momento de sus ricas y fructíferas vidas a caminar por la plaza Yungay, por la Quinta Normal o donde les dé la gana, tomados de la mano, y por que no, con su “hijo"; ya que estos, señoras y señores, si que son hombres de verdad.

martes, noviembre 01, 2005

Pueblo chico, infierno grande (o la historia de lo que todos sabemos, pero que “nadie” se atreve a decir que sabe)


Ya estamos en noviembre del 2005. Vergara #240 casi no está en la mente generacional. Atrás quedaron esos almuerzos risueños, aquellos ahumados recreos de café y cigarros, y sobre todo, la gran cantidad de ausencias a ramos “pajeros”, conversando sobre la inmortalidad del cangrejo y cultura pop junto con Verikungfu.


Era en esos momentos en que todo el grupete -conformado por: Kco, Luchis, Kari, Fran, Bernie, Carlos, Vero y una infinidad más (Bonus Track) y yo-, contábamos nuestras superficiales infidencias. Pero, una vez que había que subir a clases, siempre quedaban parejas o tríos en el casino, para comentar y descuerar lo que realmente importaba. Era en esos momentos en que se descascaraba el plátano, para comer aquel verdadero alimento. Muchas veces la cáscara era tirada a nuestros compañeros, para verlos tropezar y reír.



Era en esos momentos en que realmente nuestros corazones y sesos caían hacia aquella mesa con puntas grasientas, cenizas de cigarro y restos de café. Era en aquel lugar, mientras prendíamos y apagábamos puchos, en donde confidenciábamos lo que más nos dolía, o simplemente “queríamos que alguien del grupo supiese de otro del grupo, pero con la condición de que el primero, no se lo contase a nadie, tanto fuera, como dentro de nuestro club”. Es así como transcurrió nuestra vida universitaria, entre lobbies y concertación de entrevistas con todos los miembros del grupete aquello.



En julio nos separamos, todos, con la esperanza tácita de que nuestra relación de amistad trascendería en el tiempo y el espacio, sin temor a que el estrés periodístico y la búsqueda de la exclusividad vencieran el importante lazo que mantenemos.

Pero no sólo el ideal era seguir en contacto, sino que, además, evolucionar, cuán Pokemon, a una relación de amistad adulta, así como la que vimos en los jóvenes de "Los Treinta". pero nos dimos cuenta que no podemos, que somos los que somos, los copuchentos haciendo mini grupos dentro del grupo.


Eso comentábamos con Franchini (Fran) el otro día y con mi inseparable "Sean" (Carlos) ayer, que "todos saben de todos, pero nadie dice que sabe nada. Y cuando llega el momento de los quiubos, todos hacen caras de asombrados como de "no te creo", cuando sabían lo que se estaba hablando. Y por el otro lado, quien lo dice ' sabe que todos saben, pero se hacen los que no saben, y lo cuenta haciendo creer que no lo saben para que diga "ohh gracias por comentarme" '. Es más, todos nos descueramos entre todos con los pseudos compinches, sabiendo que éstos después irán donde el pelado y contarán que tal peló, pero quien lo dice también lo dijo". Complicado, ¿no?. Bueno, así es nuestra relación.


Es por eso que aprendí a querer a la gente como es y a pesar de lo que es, porque lo queramos o no, somo periodistas, copuchentos y de los buenos.


Y para todos les quiero decir que "los quiero..... pero poco".

sábado, octubre 29, 2005

"Corazón dividido entre dos amores" (o la historia de la típica frase Cliché)


Hace un par de viernes, entre copas y copetes, una amiga (a la que no nombraré, pero que todos saben), me dijo que su corazón estaba ocupado por dos personas. La primera, un gran tipo: periodista, simpático, profesor y amigo. Por otra parte, quien les escribe.

Cuando ella comentó eso, mi mente hizo un racconto de todas las veces en que ya me habían dicho aquella frase; o habrá sido un -Dèjá vu-. Quién sabe. Por supuesto que yo le dije que estaba bien, que se quedara tranquila etc, etc, etc. Pero, pensándola un poco, me di cuenta que esa frase cliché es súper válida. Que uno puede tener en el corazón a dos personas y quererlas de la misma forma.

Es por eso señores que haré mi declaración oficial de lo que mi amigo Capello llama "Pluralismo Sentimental".

Aquí, cuando son las 19.15 del sábado y en presencia de los 18 conectados que tengo en msn como notarios, afirmo que mi corazón está entre dos amores. Y, que la forma en que declararé mi colonialismo amoroso estará lleno de eufemismos, clichés, frases ociosas, lugares comunes y demases.

La concursante número 1 tiene mi edad, es mi adoración, la quiero porque simplemente la quiero, y la adoro porque simplemente lo siento. Es a esta mujer a la que deseo con más ganas desde hace ya algunos años. Con la cual hemos compartido momentos increíbles. Es ella por la cual sacaría mis entrañas por verla reír; me sacaría una pierna con tal de verla mirarme sensual cuando me baila. Es por esta mujer, damas y caballeros que he sentido orgasmos y erecciones hasta con una guaracha, mientras tienta mi destino con sus sensuales poleritas que hacen sacar partido a lo que según ella son "pocas pechugas", a lo que le respondo que son "las ideales para mi mente y mis manos".

Esta es la mujer por la cual soy capaz de enfrentarme a la adversidad y decirle que la amo, la quiero, la añoro y la deseo. Todo esto en su cara, pese a que su novio ronda por el sector metropolitano. Es por esta mujer que conocí el morbo de lo simple, el doble sentido en lo angelical y la belleza en la cotidianeidad. A ti ............. te quiero. Y eres la que ocupa la mitad de mi gran corazón.


La segunda, algunos la conocen y otros saben de su existencia. La puse en segunda opción lisa y llanamente porque la conozco hace menos tiempo. Su nombre es ......... (no lo diré), es un poco menor que yo, pero, es muy parecida a la número uno. Con esta persona tenemos una valla, la cual no le costó nada saltar (y a mi menos), si hablamos equinamente. En ella, he encontrado a un mina espectacular, simpática, amable, caritativa, comprensiva, capaz de sacarse los ojos para dárselos a un ciego (les dije que sería cliché hoy) y es capaz de mirarme de la nariz hacia adentro. Fue quien sin pedir nada, entregó un osculo hidrológico, amable y una mirada sensual en el lugar con menos sensualidad. Es ella quien ocupa el sitial número dos de mi corazón. Pero, que espero algún día pueda llegar al primer lugar, quien sabe, a lo mejor el locutor del club hípico diga, luego de una acalorada carrera: ...... gana la competencia en la recta final por una nariz.

Así es que amiga, que no diré su nombre, no te preocupes, que no me enojé por no ser el único en tu corazón, porque como te dije esa vez, no somos caballos de carga, no tenemos anteojeras y podemos mirar para el lado.... y quién sabe si.... también tocar.


PD: Este escrito está completamente ajeno al estilo propio del autor. Fue simplemente que el "ello" de mi subconsiente derrotó por unos cuantos minutos mi "súper yo".

domingo, octubre 09, 2005

Entrega de tesis entre sueño e incertidumbre (o la historia de los Nip/Tuck Chilensis)


La palabra NACIONAL fue la que finalizó este ciclo tan importante en mi vida. En junio cerré por última vez (y por fuera) las aulas de clases, al menos como alumno. Y tan sólo tres meses después entregué mi investigación de grado, o más coloquialmente llamada tesis.

Al respecto de este trabajo sólo tengo una cosa que decir y es mi buen olfato al elegir con quién trabajar (mi gran amigo Carlos). Luego de dar un vistazo por los diversos grupos de investigación en el transcurso de los últimos 14 meses, me encontré con peleas, gritos, pelambres y demases. Lo que sin duda puso el ambiente de trabajo mucho más tenso de lo que se debe en aquellos grupos.

Además, con Carlos, logramos congeniar muy bien, sobre todo buscar dentro de nuestra diversidad algún tema en común que nos uniera. Por esta razón es que no me parece raro que hayamos encontrado en la música y la televisión algún espacio en común. Que por medio de Nip/tuck, Miranda, Canciones Kish, psicoanálisis y demases, diéramos en el blanco en la identidad que le hacía falta a nuestra tesis.


Respecto al tema, quiero destacar lo complementaria que fue nuestra dupla. Si nos acercamos a Nip/Tuck, nuestra serie de culto, sin duda que cada quien tenía su personaje. Carlos sin duda es Sean McNamara, gentil, tranquilo, bueno y políticamente correcto, que en cada operación tiene los dedos correctos para coser y cortar (o en nuestro caso teclear). En tanto, Chritian Troy es completamente mi alter ego (guardando los millares de diferencia en el aspecto físico). Quien me conozca sabe cómo es mi personalidad y comprenderá que soy tan cachondo cómo él. Jajaja. Además que siempre él aportaba la chispa y la creatividad en la serie. De alguna forma, y tal como el personaje lo plantea en el transcurso de las historias es que Sean es la mente y Troy la cara bonita y las relaciones públicas.

Sin duda que me alivia haber entregado la tesis y no tener que saber más de trasnoche y estrés por un tiempo. Pero claramente que me da un poco de nostalgia saber que ya no trabajaré con Carlos en su casa, que ya su simpática y acogedora familia no me alimentará con deliciosas comidas; que su madre ya no me levantará temprano cuando me toque ir a la universidad. Que su tío ya no me llamará; o cuando me sienta mal, un poco enfermo no llegará su madre con un tazón de tapsín y me obligará a guardar cama.


En fin, sentimientos encontrados pasan por esta cabeza. Lo bueno es que lejos de enojarnos y pelearnos de por vida con mi compañero de tesis, este trabajo nos unió mucho más. Por eso queda sólo decirle gracias y preguntarle: “Señor Loyola, díganos, ¿qué el lo que no le gusta de usted?”.

viernes, agosto 26, 2005

Si con la almohada sirven igual

¿Por qué siempre las bonitas son tan pedantes?. Y sí. El tiempo me dio la razón. Cada mujer que pasa por mi retina, me autoveto enamorarme de ella. A lo mejor simplemente es una forma de defensa ante el rechazo. Pero me he dado cuenta que enamorarse de una top model a lo María Alberó queda sólo para los futbolistas y no para una asalariado periodista.

Pero además de parapetarme de aquel rechazo, siento que las mellizas Campos, la Quenita Larraín o Pilar Jarpa no son de mi real gusto. Claro que el piropo va igual. Pero, a mi modo de ver, lo mejor de una mujer es su fealdad. Lo que si es importante es que no sea ¡FEA!, sino que la fealdad justa y necesaria para que sea digerible por el corazón, vale decir fea.

Y es que la diferencia entre las ¡FEAS! con las feas es demasiada. Las ¡FEAS! son simplemente infumables, en tanto las feas son arreglables. Es como el sueño de aquel culebrón colombiano de Betty, la secretaria de Don Armando, quien finalmente cayó rendido ante los pies de una mujer que se saca esos bigotes y los lentes “poto botella”, e inmediatamente se convierte en una Femme Fatal. En donde finalmente y por arte de magia, pasa de ser un ogro como Shreck en su pantano, a una escultural fea reformada, o la tan afamada: fea en rehabilitación.

Es que una fea es fiel por sobre todas las cosas, es como su forma de agradecer el que estés con ella. Eso es sin duda lo que marca la diferencia entre una linda con una fea y de una fea con una ¡FEA!.

Puesto que en el caso de las lindas la necesidad de agradecimiento pasa por el varón, que debe deleitarla constantemente con chocolates, joyas, flores e interminables salidas al cine los días sábados. ¡Demasiada plata!. Además de quedar con las rodillas curtidas por la necesidad constante de arrodillarse ante ellas.

En tanto con las ¡FEAS! Es terrible. Ellas son tan poco agraciadas que tienen atrofiado el radar de hombres, por tanto, ante cualquier insinuación de algún varón, sacan su escudo, haciendo que finalmente la raza masculina no pueda establecer contacto con ellas. Además, el riesgo social que implica que te vean con una ¡FEA! es un alto, porque el estigma de haber sido pololo de una de ellas, no se olvida con nada.

Ya con las feas como primera opción, debemos buscar la precisa, porque tampoco sirve una fea media hueca. Sino aquella que mezcle su cuerpo con su intelecto. Así como una Amparo Noguera o una Antonia Zegers, aquellas actrices nacionales, que si bien no son lindas, tampoco son ¡FEAS!, sino feas, intelectualmente lindas y con una personalidad que deja a las bonitas por el suelo. Por otra parte, esa misma fealdad de bruja, como la Noguera, es sin duda un plus al momento de buscar compañía. Aquella maldad que deja entrever en su rostro, cual Marqués de Sade con sus golpes, en busca de una presa forzosa.

Así es, las feas son las más ardientes. Porque no temen a experimentar con su cuerpo. Contorsionistas y malvadas, pero siempre con esa mirada de fiera. Ya de sólo imaginarme a Antonia Zegers en tenida de látex, con un portaligas rojo y un látigo, es sin duda la imagen más fea, pero orgásmica que puedo tener.

A lo mejor son mejores las lindas. No hay duda que es así. Pero la arrogancia y la distancia que existe entre ellas y yo sólo me dan la posibilidad de la fea. Pero, por último si las feas no me quieren, tengo la opción de las ¡FEAS!, y tal como dice el refrán, con la almohada en la cara… sirven igual.

miércoles, agosto 10, 2005

El pezón telefónico (o la historia del sexo express)



Reconozco que siempre he tenido una mente muy abierta en lo que respecta al tema sexual. En el mundo contemporáneo se habla de "Open Mind" y sí, me declaro culpable de tal apelativo.

Con la llegada de las nuevas tecnologías y todas las vainas de Mc Luhann, se han abierto nuevas posibilidades de enfrentar el sexo.

Además, debo declararme culpable por compartir con mis cercanos la mayoría de mis intimidades y una de esas personas eres tú, sí, mi arroz chaufán, que si bien en persona te vez una persona recatada, por téléfono tu conservadora visión cambia.


Tengo una amiga que es la "diosa del teléfono", que concuerda conmigo en posiciones y colores; acertamos en sabores y texturas. Una amiga que fácilmente podría estar protagonizando los infomerciales de madrugada de las líneas hot, cual Reichell o aquellas profesoras y enfermeras ninfómanas que alientan al enajenado y trabajólico chileno a gastar su paupérrimo sueldo en escuchar su melodiosa y ardiente voz.

Es en uno de sus cientos de comentarios donde me enfocaré el día de hoy. Es en una de sus tantas incursiones de las que Alexander Graham Bell se debe sentir satisfecho de su invento y debe revolcarse de felicidad en su tumba. Fue en aquella ocasión en que Chaufán comentó y describió su cuerpo completo por medio de la línea telefónica; es ahí en donde sentí la mejor sensación en mi oreja. Fue por medio del aparato telefónico donde centímetro por centímetro recorrí su piel por medio de su voz. Cada recóndito lugar de su ser se hizo presente en mi mente por medio del auricular. Fue por medio de mi tímpano por donde entró la acalorada selva de su ser. Y, descrubí su más profundo y mejor guardado secreto: sus voluminosos pesones. De un naranjo claro y bella aureola que guardaba aquel cúmulo de piel corrugada que de niño teníamos cada cuatro horas y que hoy por hoy, pedimos por segundo, pero que muchas veces la miel de su sabor nunca es entregado. Fue por medio de una simple llamada telefónica como conocí el mayor fetiche del que en este último tiempo he añorado.


Además de comentarme el colosal tamaño de su organo mamario agrega, al extasiado momento, su textura corrugada, su porosa sensación y el blanco de sus pechos. Es ahí cuando ya me imagino una muñeca Barbie con grandes senos, pezones maternales y blanca estirpe. Es aquí donde hago pública mi invitación y si es necesario mi plegaria infantil: ¡¡¡Chaufán, déjame volver a mi niñez primaria, entregame su dulzor; déjame recordar la belleza y protección del pezón materno que algún día tuve!!!. ¡¡¡Déjame demostrarte que soy un buen niño y que me tomo toda la papa, que el Viejito Pascuero me podrá traer todos mis regalos!!!!...¡¡¡Por favor, entrégame el sabor a miel que hace tiempo mi deshidratada boca no puede sentir!!!

PD. Gracias amiga por devolverme la fe en la belleza interior (y la propuesta sigue en pie).

viernes, julio 29, 2005

El charco (O la historia de la Pacha Mamma en éxtasis)


Cada vez que aquel grato aroma refresca mi cara y llega al aparato respiratorio, aquella esencia de la pacha mama está presente en mi memoria desde pequeño, el recuerdo de los charcos de agua, ya convertidos en barro, que lucía el pequeño patio de mi modesta casa (al lado del pedagógico). Andrés, mi vecino, que hoy tiene 35 años, sentado a mi lado, corriéndome del torrente café que emanaba aquel delicioso olor.

El tocar aquella viscosidad tan suave, plana y grumosa era motivo de un éxtasis inimaginable, mientras la gente que veía aquel espectáculo no comprendía mi emoción.

Junto a su gran textura, el aroma es sin duda lo más característico dentro de aquellos recuerdos de antaño, en donde inhalar aquella droga era lo mejor del día.

No recuerdo dónde fui a parar en esas vacaciones, lo que si recuerdo es que a la vuelta de ella, mi charco porcino de barro, ya no existía. En cambio, la modernidad de Santiago llegó a mi hogar, la selva de cemento se comió aquel aroma, aquella textura y la cambió por cemento y pastelones. Que al intentar hacer analogía con mi piscina café, sólo quemaba las plantas de los pies.


Años más tarde mi madre me comentó que aquel patio fue destruido por mis constantes piqueros en aquel lugar, que traían un gran dolor de cabeza a mi familia y una sobreexplotación de la lavadora de barril que mi madre compró con la polla del hospital Barros Luco.

Si bien no fueron demasiados los momentos en aquel mítico lugar, sin duda marcaron una gran diferencia en mí, ya que luego de eso, no volvimos a tener tierra en mi casa jamás. Hasta el día de hoy, el cemento se apodera del entorno familiar. Pero siempre queda en la retina, en la memoria y en las palmas de manos y pies, esa sensación placentera a flor de piel, y siempre que camino por las calles en verano, como a eso de las siete de la tarde, encuentro nanas, abuelitas y niños barriendo, regando y jugando con agua y tierra. En ese preciso instante mi mente se despierta y los recuerdos de infancia se vienen a la mente como si fuese ayer, pero con el éxtasis y placer en la calle veraniega, igual que hace 18 años.

lunes, julio 25, 2005

El emotivo paso de la razón sin razón (O la historia de la literatura avasallada)


En dónde me encuentro, a dónde voy y desde dónde vengo. Aquí estoy nuevamente desde la aurora boreal del ocaso de mi vida. Aquí estoy, entrelazando palabras emigrantes desde mi garganta no escuchada clamando pasión y desenfreno. Y dónde caí, nadie lo sabe y menos yo lo sé. La verdad es que desde hace años he estado buscado infructuosamente un rumbo a esta cosa rara llamada vida, lo que hasta hoy no encuentro.

Aquí yace el hombre con esencia de extraterrestre, o el extraterrestre con esencias de hombre, el cual ha dado su espacio de tiempo terrenal en encontrar una huella que haga seguir su camino. Guanaco, planta, mangosta y girasol. Virgen, promiscuo y libertino querido, por algunos, y odiados por muchos.

Así estoy, en la matriz de la cuaternaria sexagésima edición de vida, entre piedras y morrenas toscas de un salar desconocido, pero que de pronto se convierten en una exhumación de cuerpos en el anonimato a ras de piso, pero tan alto como un águila de montaña andina.

Este ha sido el existir de un personaje que ha dado su vida por lo distinto, que ha encontrado en la prosa una palabra de aliento e inspiración, que ha sido de los grandes poetas sus líneas trazadas con sangre y pasión, pero odiada por la burguesía de un mundo rodeado de una idiosincrasia amada por el dólar y la libra esterlina.

Qué prosa y qué líneas se encuentran ancladas en el corazón de un paupérrimo escritor, qué trazos y qué sentimientos se encuentran en un pequeño personaje de la mitología urbana, para qué estamos pariendo sentimientos en el mundo hostil de la globalización imperante de nuestros días. Para qué, para qué.

Toda una odisea de amor y desenfreno, acompañada de odio y devoción maligna, hoy lo contemporáneo con Rambou y Baudelaire, ayer Aristóteles y Platón.

Hasta cuando se esperará por la fama del trovador de sueños en pequeñas palabras de seres humanos racionales. Por qué esperar reconocimientos de una manada de bisontes ignorantes que se matan entre sí en busca de saciar su ego acobardado debajo la mortaja de libertad interna, pero que está tapando la sábana de la racionalidad.

Por qué no buscar el estilo Dalinao de aquel español magistral y trazar una Gala del tamaño de un alma por tu cuerpo. A qué debe llegar la racionalidad de un hombre para llegar al ostracismo romano actualizado entre cobijas de terror.

Encontrarán los cuadrados racionales a un Matisse o un Miró dentro de sus numerados y marcados cerebros Einstianos con su relatividad en cada retina irrelevante regular, lograrán colorear sus tenues colores blanquesinos sus pies plagados de hongos autoritarios y mezclarlos con un ocre esperanza matizado por una azul cortado de recuerdos estilizados.

Durante mi larga lucha de generación en generación, en la que me he degenerado, en este género de gema ancestral de genes generales y poco genuinos, he logrado aseverar la poca afectividad hacia el mundo del arte en cada rincón planetario de los últimos tiempos. Entre cuadrados de binomios y catetos hipotenuzados se ha perdido la esencia de los parlantes abiertos y públicos a soñar. Se ha secado el caudal de nuestras venas acostumbradas a escuchar la dulce melodía tenue, pero potente de un trazo amenazador y avasallante, capaz de matar o hacer nacer a un ser con un solo lápiz, con una tinta o una mirada. Capaz de encontrar en cada vena de estos pequeños seres apáticos e indolentes, un Nilo navegable de historias y personajes, con plantas en las bahías acanaladas y verdosas de un corazón enrojecido por la coagulación sanguínea de números y fórmulas de matemáticas exactas, pero tan inexactas a la vez, que resecan la tierna flor amarilla de la imaginación humana.

Día de recuerdo, malos recuerdos



Cielo inerte, fría naturaleza, dolor incondicional, ¿por qué llegaste?. Este domingo cambió, el cielo se tornó rojizo, al igual que mi cara; la sangre corre por mi mano, y el dolor por mi desolada mente, malos recuerdos de tiempos de antaño, depresión guardada en un lugar escondido, me hago presa fácil de esta, me toma, me mueve, el cielo se convierte en una mixtura de sangre y recuerdos añejos y lloro, lloro en la eternidad esperando por una felicidad soñada, aquella que tanto anhelo, la cual nunca llegará.

Estoy destinado a la infelicidad, es mi condena, mi condena la cual no pude elegir. Me parapeto en esta inmunda y lúgubre habitación, por la ventana se deslumbra el color azul que el resto de los mortales aprecia, pero que para mí sólo pasa a ser una utopía, algo que no podré lograr, es mi destino y sé que no hay nada más, deberé conformarme con la infelicidad, esa que me carcomen los pies.

El tip-top se convierte en mi mejor amigo, lo saco de mi estuche, lo miro. Le saco la punta, la miro, me saluda, espera con ansias poder cortar un pedazo de esta enorme masa llamada yo, se acerca, comienzo a temblar, el miedo me invade, pero es incontrolable, es más fuerte que yo, toca mi piel, la traspaso, se acerca a mi carne, la toca, el pánico es mi compañero en estos cruciales momentos, me penetra el cuerpo, siento la punta, que me atormenta, es un dolor increíble, el miedo es más fuerte, me lo saco de encima lo lanzo contra el suelo, ahí está, el rojo ensangrentado, mancha el suelo.

Mis manos se tornan rojas, el pánico nuevamente me invade, no sé qué hacer, a quién recurrir, no puedo salir de mi pieza, el cerrojo está con llave, tomo un trapo de sacudir que se encuentra en mi estante, me tapo la mano y hago presión, miro la jungla en la que me encuentro, todo parece distinto, las fotos, los cuadros y recuerdos me miran con burla, estoy siendo observado por unos seres que normalmente no existen en mi cabeza, siento que se ríen, me atormentan y yo sigo aquí cada vez más dormido, pero cada vez más despierto, pienso en cosas que no pensaba antes, lo poco que he logrado en mi paupérrima vida y por otro lado, las grandes desilusiones vividas a través de estos tristes y desolados años, todo se complementa y se une en esta estropeada alma.

Mi cara también es presa de mi desenfreno, se encuentra llena de rasguños y hematomas, está hinchada, parece un charco, más bien un río cuyo caudal son mis lagrimales, desde que entré a mi habitación no ha parado de correr, mis recuerdos navegan en este caudal, aprovechan la época para flotar con intensidad, se desahogan, me desahogo, está llegando el periodo de estío, mis recuerdos fluyen con menos intensidad. El riachuelo desaparece, sale el sol, pero no es un sol, que logre calentar el ambiente, sólo logra opacar el estado nival de mi “psiquis”. Los malos recuerdo desaparecen y quedan escondidos esperando florecer, en la próxima época invernal. Me siento un poco mejor, enciendo el computador y relato lo sucedido.

jueves, julio 21, 2005

Languetazo automovilístico (o la historia del músculo movedizo)


Todo parte por la pequeña rendija de su cara. La entrada a aquel cuento erótico que todo hombre siempre sueña. Aquel onírico deseo de ser la llave que abra a la persona que está por delante. Claro que sí, aquella lengua que sea el pasadizo al edén orgásmico.

Debo reconocer que me gusta más que me besen a besar. Como aseguré con anterioridad, sólo me gusta ser quién le de contacto al motor, pero que sea ella la encargada de hacer partir el automóvil. Claro que sí, no hay mejor forma de comenzar una buena relación, que no sea como el auto. Me encanta que la mujer sea quien se te encienda. Que te entregue la bencina necesaria para poder acelerar a fondo, o vulgarmente pisar la “chala” hasta el final.

Cuando en el colegio recordamos que el 94% del cuerpo es agua, no queda otra opción que utilizarla, saber qué debemos hacer con ella. Por tanto, la hidratación de un beso que lleve al desenlace es muy importante. Si además vemos que en el auto también es necesario el líquido vital, el aceite y la bencina, aunque cada vez es más cara, que la demanda de combustible es elevada. La saliba y el sudor, siempre es bienvenido.

El ronroneo es muy rico y excitante, la gata en celo siempre es bienvenida a la orquesta del amor. Es así como su mirada de animal comiendo su presa ante el humano es sin duda la mejor forma de sentirse besado.

Entrelazar músculos bucales es orgásmico. Sentir que la boca es el radiador del auto que le da la docilidad y carburación necesaria para pasar de la primera. Rozar la segunda. Esperar llegar a tercera. Si la velocidad es la adecuada llegar a CUARTA. Pero, si el vehículo es más pro y moderno pasar hasta la quinta (en otra oportunidad les comentaré de ese cambio).

¿Dónde quedó el control"


¿Dónde quedó el control?

Cuando la pantalla se prende y el control remoto se estresa entre zapping y caídas espontáneas al suelo. Cuando saltan las pilas AA y la cama queda allanada en busca de aquellas baterías vitales. Cuando Amaro Gómez-Pablos nos cuenta “sus noticias” o Alejandro Guillier nos comenta “sus libros”. Es ahí cuando el iris ocular se engrandece, las neuronas se condensan, pero al tiempo descansan. Y es ahí cuando me doy cuenta que somos unos esclavos de la televisión, que no podemos vivir sin que nos cuenten qué pasa en el mundo globalizado y bombardeado por noticias y seudonotícias. Lo peor es que en este Senegal medieval mediático sabemos qué es lo que sucede, pero a la vez no sabemos que sabemos. ¿Difícil no?

Y es que la omnipotencia de los medios se ve reflejado en sus conductores, directores y productores, los cuales manejan a destajo qué decir, pero por sobre todo qué ocultar. Son quienes tienen el control mayor para darles a conocer a sus “teleinvidentes” cuál es la mejor propuesta, tanto noticiosa como de las otras áreas.

Aquellos divos televisivos son venerados cuan becerro dorado en medio de la desazón de este desierto. Y tan fáciles y moldeables como un “alcancía” de Pomaíre.

Por esta razón es que no es difícil entender por qué los políticos se convirtieron en los nuevos rostros televisivos, los que además de ser quienes deben conducir el país, son además los nuevos panelistas de los programas chilenos, en donde pelean cara a cara por un cupo en la parrilla programática de los medios nacionales.

La televisión en particular y medios de comunicación en general, manejan a la perfección las mentes de millones y millones de personas en el mundo, y el pertenecer a ellos implica una tácita jerarquía valórica y moral.

Podrás decir que es paranoia, que no es para tanto, pero tú, lector, ¿has vivido sin televisión más de 2 días sin perder el control?.

Well Co Me

Al fin tengo una pequeña rendija cibernética donde sublimar los pensamientos. --------------Un pequeño agujero en la World Wide Web. Quiero un lugar 'under', negro, oculto, donde poder plasmar mis anhelos y revindicaciones. Es por medio de este portal por donde quiero saber más de ustedes, pero por sobre todo más de mí.

Me sabes a derrota y a miel

Se dice por el aire que el lenguaje nos muestra la verdad, que las palabras son la tumba de las ideas, que por medio de mi voz se acaba la espiritualidad y la belleza de la espontaneidad de la vida; que por medio de las simples P-A-L-A-B-R-A-S se acciona el genocidio.

Los enamorados se aman tanto como son de necesarios el sol y la luna, el Ying con el Yang. Tan opuestos, pero tan necesarios como la dicotomía de nuestra alma. El amor es tal que nuestra nimias, feas y racionales voces amainan nuestro ser ¡NO A LA PALABRA!. En nuestras manos, éstas se deshacen, se muestran débiles, insulsas, incapaces de mostrar el rostro de lo sublime.

Sólo se desea descansar en la quimera de la otra, donde nada se teme y todo vuelve a renacer en el breve lapso de un abrazo.

Me abrazo, te abrazas, te siento, me sientes.-Tu boca, tu beso, tu ósculo pasional.

Te siento, me sientes. Te deseo, te añoro y te pienso. Te pienso sin mente ni racionalidad posible. Comprendo que lo mejor es no comprender, sino abrazar tu vulgaridad de chica virgen, de aquella virginidad oculta en la soltura de tu vaivén sexual.

Te siento, me sientes. Entre las tinieblas de la arena, entre la sábana de satín que envuelve tu mirada en donde nos erramos en la claridad de tu sexo, en la verdad de tu cuerpo.

Entro y salgo de tu alma; entras y sales de la mía, le puerta de su ser me recibe con ternura, cuán visita diplomática se anuncia para llegar a una cumbre, en donde tu sima pasa en-cima, en el clímax de tu lenguaje analfabeto, en la voraz tendencia a lo absurdo e incoherente.

Frente a frente, vaivenes desteñidos de ternura alcoholizada, coito de palabras inertes en mi cuerpo, tu mi cielo, yo tu mar. Tú, tan fogosa como la corona de tu cielo (o el mio). Yo, tan mojado con el torrente marino, saltan delfines desterrados del coral abisal, saltan buscando tu sol, tu calor, tu candente forma de entibiar mi océano.

Nos abrazamos y nos besamos, comprendemos que no se comprende. Que se penetra en la sombra, pero que no penetra mi alma en la tuya, que fue tan sólo un lapso mental de la ciudad ausente de caricias, que aquella lisonja fugaz se fue por lo frágil y borrosa de tu mirada, de tu ser, de tu tiempo.

Tu tiempo kairótico en medio de la vertiginosa soledad urbana. Que tu kairos buscó la sincronía más allá de lo estructural, que aunque el formato y el soporte se asemejen, nunca lograrán congeniar en tu mente.

Que este salto marino hacia tu cielo azulado se nubla, que la ciudad saca lo grisáceo y que este pez no tiene un lindo del-fín.

miércoles, julio 20, 2005

Caminata hacia el infierno

Calles vacías, desierto desolado, sangre caliente. Añoro un arma para aplacar el temor. Los perros ladran, como si supieran lo que está pasando, sienten la furia, el sentimiento de miedo, ese miedo a lo desconocido, al futuro gris que se avecina.

Mis pies caminan en forma inconsciente, mi mente no sabe hacia donde se dirige, pero en el cuerpo fluye el movimiento.

Las hojas del otoño se desploman con el viento, son un indicio de que nada está bien, caen, se ensucian, las pisan y finalmente mueren; al igual que mi desenlace fatal que está por llegar.

Me siento libre en el aspecto físico, pero siento una opresión en el pecho que me indica lo contrario, no lo niego, camino libremente por la calle, pero algo me persigue, es un ente que ha estado conmigo por siempre y que me acompañará hasta la eternidad.

Mucho sentimiento, poco pensamiento, me niego a creer lo débil que he sido y lo débil que podré ser. Hasta cuando lograré resistir esa sensación en mi ser. De que han servido todos estos años los buenos y afectuosos sentimiento sí igual me siento completamente sólo en este mundo y la autoestima no es algo que siempre está conmigo, me baja la pena y el sentimiento me traiciona, se vuelve en mi contra, me saca en cara las debilidades. Y ahí me quedo, sin pan ni pedazo, ermitaño, ni la soledad es una compañera fiable.

Y aquí estoy, escribiendo estas rancias líneas, sé que para ustedes tienen escaso valor, o peor aún les cause gracia, pero para mí es con lo que he debido lidiar siempre, la penosa y muy frustrada vida. Cuánto tiempo más debo cargar esta enorme cruz sobre mis hombros, no sé si pueda resistir mucho más, sólo sé que estoy aquí, con este pequeño papel, trazando jeroglíficos, que para muchos son oníricos, efímeros, pero para mí, la vida.

La Cópula Perfectamente Gen-ética (O la historia de los medios promiscuos)

En la relación carnal del tormentoso río del lenguaje, yace el pequeño óvulo, atormentado y penetrado por la oligarquía de espermios que existen en la actualidad. Entre el líquido coloidal que baña esa celula de celulosa aparición, estampada por el tinte negro plasmado en la membrana celular.

Muchos genes entran en la vagina promiscua de los medio comunicacionales. Como en una fiesta de drogadictos y “Curados”, en la cual esta débil mujer es penetrada una y otra vez, sin saber qué pasó, cuándo y dónde. Sólo sabe que será madre, que engendrará unos huérfanos a los cuales no se les enseñará otra cosa que pelear por un poco de migajas, de sus pequeños del medio promiscuo que los engendró.

¿A qué se debe tal deformación gen-ética de los pequeños y sanos espermatozoides que se convertirán en una mafia e inhumana condición deplorable?

El mismo óvulo corrompe a los espermios.
Obligado a fecundar, debido al tipo de sociedad al que pertenecemos.

En la forma pasional de violenta violación se encuentra la ética periodística, en la cual se encuentra despojada por completo de autonomía, y es violada por doquier.

Al igual que en una fiesta de drogadictos, la ética se convierte en un simple estropajo, al cual se puede violentar.

El periodismo nacional es un Woodstck. Miles de periodistas son violados diariamente, estas son violaciones pasivas, en la que el violado es tan culpable como el violador. Cada vez que un medio introduce su pene paralizador en la vagina pura de los comunicadores, pero cada vez es más metódico, los periodistas están acostumbrados que se les golpee, penetre e insensibilice por la mano torturadora e insestiva de los medios comunicacionales.

El problema radica en el acostumbramiento y placer que sienten los ulltrajados, tanto así, que con el paso del tiempo, los genes carecen de higiene y se encuentran infecados de la terrible enfermedad.